4/9/08

Elecciones en Estados Unidos: McCain pretende reformar Washington.


Por: Vicente Manuel Prieto Rodríguez



Cuando este jueves el candidato presidencial por el Partido Republicano estadounidense, John McCain, se dirija ante los militantes de ese partido, estará dando sus consideraciones sobre el por qué debe ser elegido como presidente de la principal potencia mundial. Según algunos medios, Mc Cain prometerá trabajar junto al partido Demócrata para lograr levantar la maltrecha economía norteamericana, legado de su predecesor W. Bush, y garantizar la paz para la próxima generación. Ahora bien, con el espaldarazo recibido de parte del propio Bush, quien lo consideró como el único capaz de evitar otro 11 de septiembre para los E.U.A y aconsejó "atacar para no ser atacados", no es de dudar que su fórmula para garantizar dicha paz sea la misma del otro: guerras preventivas en los países díscolos y, por supuesto, donde haya recursos con los que apuntalar la economía, así estaría cumpliendo dos promesas. Por supuesto que los demócratas no están de acuerdo ni con McCain ni con Bush y aseguran que la fórmula que promoverá el actual candidato republicano será más de lo mismo, al estilo cowboy-conquistador que dejó prácticamente sin indios al territorio norteamericano. Robert Gibbs, considerado uno de los principales asesores de Barack Obama, el contendiente demócrata para estas presidenciales norteñas, calificó los discursos de Sarah Palin y otros oradores en la convención republicana, como excesivamente divisores y negativos, "parecidos a la política a la que nos hemos acostumbrado durante los últimos ocho años". Es lógica la afirmación de Gibbs, no por nada Bush apoya a su posible sucesor, pues sabe que en él tendrán continuación sus descabelladas y maquiavélicas ideas sobre el futuro del planeta, algo así como "el mundo para los norteamericanos". McCain, veterano de guerra de 72 años y ex-prisionero en Viet Nam, parece orientar sus prédicas gubernamentales en función de su experiencia guerrerista. Ojalá que en esa visión prime el sentido común, aunque parece que los republicanos lo perdieron desde la era de Reagan, y que recuerde que en su aventura bélica terminó siendo un prisionero más, de lo cual debía extraer su moraleja. La campaña por llegar a la Casa Blanca continúa su curso con el ritmo de siempre: descalificaciones de uno y otro bando, discursos encendidos en escenarios espectaculares, giras para ganar adeptos y muchas, muchas promesas de cambios, lo mismo que ha sucedido elección tras elección, por eso no es tan difícil creer que gane quien gane, las cosas seguirán igual para el potente imperio del norte.